“Morirse nunca es plato de buen gusto. Pero si podemos
aliviar nuestra despedida con algo
que permanezca en la memoria de nuestros seres queridos
entonces la cosa cambia.” Eso es lo
que opina una empresa holandesa que acaba de comprar un
terreno en la Luna para que sus
clientes descansen en paz. En pleno Mar de la Tranquilidad
se extiende lo que será el primer
cementerio intergaláctico. La empresa ha firmado un contrato
multimillonario con la NASA por
los próximos treinta años para trasladar a sus clientes en
su último viaje. Dado el costoso
mantenimiento que supone trasladarse hasta la luna, no será
posible trasladar a las personas
que quieran acudir al funeral. En su lugar se utilizarán
unos sofisticados equipos de realidad
virtual que permitirán a los asistentes presenciar el acto
como si estuvieran en la Luna.
También se implantará un servicio especial para enviar
flores cada cinco años. Uno de los
Clientes nos comenta su interés por el proyecto: “Siempre
quise ser astronauta, pero no soy lo
suficientemente listo. Visitar la luna, aunque sea de una
manera un tanto especial, hará que se
cumpla mi sueño.” Ahora solo nos falta saber - ¿Cuál será la
opinión del Vaticano a este
respecto?.
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