Cuando nos recibe nos lo encontramos con una ligera sonrisa. Al principio de conocerle cuesta adaptarse a su mirada. Pero hoy Gregorio Ballesta, un cirujano plástico de 52 años afincado en Rio de Janeiro, es un hombre feliz al ver por fin su sueño cumplido. Parecerse a la Mona Lisa, ser la Mona Lisa, al principio no contaba entre sus planes. Cuando le pregunto en que momento empezó a fraguarse la idea me dice: “En el colegio siempre pase desapercibido. Mis compañeros me ignoraban como si no existiera. Fue entonces cuando empezó a interesarle la idea de tener un rostro popular”. Al principio barajo varios personajes populares: Mickey Mouse, Jesucristo, Michael Jackson, incluso otros cuadros como las Señoritas de Avignon. Pero fue la poderosa imagen de la Gioconda lo que al final lo cautivo. Nos cuenta que la operación duro 79 horas y se necesitó un equipo de 9 personas todas dirigidas por el propio Ballesta: “Imagínese por unos días me sentí como Leonardo, fui Leonardo” Hoy Gregorio es un personaje popular en Rio, y por las calles la gente lo reconoce como lo que es, un hombre de Rostro Inmortal.
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